Recomendamos la Josephine N° 3 para:
Vinos blancos muy complejos elaborados sin influencias de madera, con carácter terruño, en los que se busca resaltar toda su complejidad (por ejemplo, en los potentes rieslings alemanes o austríacos de Großes Gewächs, o los grüner veltliners (Smaragd), los silvaner de gama alta, los premiers y grand cru chablis, los profundos y concentrados sauvignon blancs del Loira (Sancerres) o del sur de Estiria y los chenin blancs de Sudáfrica y el Loira).
Vinos blancos muy complejos, madurados en madera, en los que debe mostrarse toda su complejidad y equilibrarse la influencia de la madera (por ejemplo, en chardonnays con un marcado toque de madera de Borgoña, Jura, California u otras zonas), o los potentes cuvées blancos de Burdeos.
Champanes de alta calidad en los que se desarrolla todo su potencial y se pretende resaltar el carácter del vino, los aromas o la crianza oxidativa (por ejemplo, en los champanes de las bodegas de Krug, Selosse, Chartogne-Tailler, Eric Rodez, o cuvées de grandes casas como Bollinger, entre otras).
Vinos tintos potentes (envejecidos en madera) o sin influencia de madera y que son más complejos, en los que se quiere experimentar cada uno de los detalles del vino y equilibrar sutilmente la influencia de la madera, como en los grandes pinot noirs de Borgoña, a nivel de village, de Alemania, Suiza, California o Sudáfrica; los syrah potentes y especiados del norte del Ródano, o vinos tintos complejos y concentrados como el châteauneuf-du-papes, de Burdeos, El Priorato, La Rioja, California, Australia o Chile.También los nebbiolos complejos, como barolos o barbarescos, o los complejos y maduros sangioveses como el brunello o vinos especiales de blaufränkisch también muestran todo su potencial en esta copa.