Recomendamos la Josephine N° 1 para:
Vinos ligeros, frescos y afrutados en los que se quieren realzar los aromas frutales exóticos o los componentes florales (como el sauvignon blanc de Nueva Zelanda, los rieslings afrutados, preferiblemente de calidad o local, con un toque de azúcar residual), o moscateles amarillos llenos de sabores y aromas, torrontés de Argentina, grüner veltliners ligeros (Federspiel), vinos verdes afrutados, pinot blancs, pinot gris o verdejos.
Vinos con carácter, marcados por el terruño, en los que se quiere resaltar una estructura marcada (por ejemplo, los rieslings marcados por el terruño del Mosela, Sarre, Rheingau, Nahe o Palatinado, welschriesling frescos, silvaners sencillos, furmints, aligotés o grüner veltliners).
Rosados fáciles de extraer y sencillos con un perfil floral y afrutado o un toque exótico (por ejemplo, de la Provenza, o blanc de noirs ligeros de Alemania o Austria).
Vinos dulces en los que se puede sentir de fondo una mezcla entre dulzura y acidez (por ejemplo, los rieslings kabinette de Alemania o Austria, los vinos de cosecha tardía o de cosecha selecta).
Vinos fortificados sencillos, como los jereces más sencillos (finos, manzanillas, olorosos), madeiras y oportos jóvenes (tawnys jóvenes, colheitas menos complejos, LBV).