Fabricada a mano en Europa. Diseñada siguiendo el mejor arte de soplado de vidrio: la copa Josephine combina un trabajo de artesanía delicado con un diseño innovador.
Cada copa es única, soplada artesanalmente y hecha a mano: Todo comienza con la mezcla especial del vidrio en bruto y requiere un proceso único, desde la fundición hasta el pulido.
La potencia del fuego, el instante en el que el vidrio candente entra en contacto con el molde, los precisos movimientos de manos que dan el toque final: en cada copa trabajan de cuatro a seis artesanos vidrieros. De esta forma, con un cariño absoluto hacia el material y a su forma, se crean copas que son insuperables en cuanto a claridad y brillo.
Las copas sopladas artesanalmente son una expresión de historia, tradición y artesanía.

Artesanía
El arte tradicional de los artesanos vidrieros es un oficio milenario y precioso con el que nos sentimos muy comprometidos. La fabricación de una sola copa conlleva varios días de trabajo. Elegimos cuidadosamente los artesanos vidrieros con los que trabajamos, quienes acumulan muchos años de experiencia, una destreza extraordinaria y una gran habilidad para fabricar copas con la máxima delicadeza y precisión, con herramientas sencillas y a la vez casi arcaicas. Seleccionamos solo a los mejores en su oficio para hacerlo.

Copas con alma
Por muy buena que sea una copa soplada de manera industrial, nunca podrá igualar a las copas Josephine que se fabrican con cariño y cuidado. Las copas de vino sopladas artesanalmente son extraordinariamente finas, ligeras y flexibles, lo que hace que el sabor del vino se intensifique. Pero no solo eso: es la mentalidad artesanal y la humildad asociada a ella en una artesanía centenaria, lo que resuena en cada sorbo con una copa Josephine.

Piezas únicas fabricadas a mano
Como cada uno de nuestros productos está fabricado a mano, la forma y el tamaño pueden variar mínimamente y pueden aparecer algunas burbujas pequeñas en la copa. Este hecho no perjudica su función en absoluto; más bien le confiere la apariencia de ser una auténtica pieza de artesanía, puesto que cada copa constituye un ejemplar único.
El trabajo artesanal detrás de cada Josephine
Control de calidad exhaustivo y embalaje respetuoso con el medioambiente y seguro
Solo las copas que cumplen con nuestros altos estándares de calidad y que destacan por su funcionalidad y ligereza pueden empezar a distribuirse. Las copas que no superan la prueba se funden y reciclan.
Para proteger los productos durante el transporte, se envuelven de forma sostenible con varias capas de papel de seda y papel protector que garantizan un viaje seguro hasta las casas de los amantes del vino de todo el mundo.