“I am an absolute wine glass fanatic and always experimenting!“

«¡Soy todo un fanático de las copas y me encanta probar diferentes modelos!»

La bodega Seckinger se ha convertido en una estrella emergente en el panorama vinícola alemán. Hablamos con Jonas Seckinger sobre «vinos extravagantes», biodinámica e Italia.

Los hermanos Jonas, Lukas y Philipp Seckinger fundaron su bodega familiar en 2012 y la dirigen en el maravilloso Palatinado. Su trabajo se centra en famosos viñedos de la región de Mittelhaardt y del vecino Palatinado Meridional. Trabajan de forma biodinámica y crean vinos poco convencionales que deleitan tanto a los expertos como a los amantes particulares. Para que estos vinos sean naturalmente estables y desarrollen su carácter, no hay ninguna manipulación exterior, pero sí un largo almacenamiento de sedimentos de levadura.

Desde la izquierda: Jonas, Philipp y Lukas Seckinger

Jonas Seckinger es el segundo de los hermanos. Este joven y amable viticultor se encarga de la bodega y de la exportación de la explotación familiar. En esta entrevista, habla de su filosofía viticultora y desvela por qué la JOSEPHINE No 3 es su copa favorita.

¿Cómo empezaste a trabajar con el vino?

Mi padre era viticultor aficionado y cultivaba pequeños viñedos, y a mí me parecía apasionante, por lo que acabé haciendo una formación como viticultor. Ya entonces me llamaban más la atención los vinos más extravagantes y salvajes, como los Riesling reductores del Mosela y del Nahe. Más adelante, mientras estudiaba viticultura en Geisenheim, descubrí mi pasión por el Jura. Allí se producen vinos de crianza oxidativa fantásticos y muy originales.

Fundaste la bodega junto con tu hermano Lukas en 2012. Él estaba terminando sus estudios de viticultura, pero tú aún estabas empezando. En 2021, vuestro hermano se unió a vosotros y renunció a su puesto de profesor. ¿Qué os atrajo de convertir la afición de vuestro padre en todo un negocio familiar?

De niños, jugábamos juntos a ser viticultores en los viñedos, así que el interés siempre estuvo ahí. Pero hay una gran diferencia entre juego y realidad, y tuvimos que aprenderlo por las malas con nuestras primeras cosechas. Nuestros vinos eran ácidos y muy secos, con 0 gramos de azúcar residual. A los comerciantes les despertábamos interés, pero nos dijeron que aún teníamos que practicar un poco más con los vinos.

Philipp Seckinger (izquierda) y Lukas Seckinger (derecha)

Ya habéis dejado muy atrás la fase de práctica. En los últimos años, ha quedado constancia de que habéis encontrado vuestro camino, y de una forma impresionante. Ahora estáis trabajando en un fresco estilo Palatinado, preciso y con una graduación moderada de alcohol. Describe con más detalle vuestra filosofía vitivinícola.

La viticultura biodinámica es muy importante para nosotros, pero la interpretamos a nuestra manera. En el viñedo, somos meticulosos, rompemos la imagen del monocultivo y trabajamos con mucho cuidado. Además, no dejamos el suelo abierto y nos aseguramos de que haya suficiente sombra y muros bajos de follaje. Al fin y al cabo, nuestro objetivo es no producir demasiado azúcar en las uvas.

Y seguimos con esta filosofía en la bodega. Trabajamos a la vieja usanza, sin filtros. El objetivo es entrar en fermentación con valores de pH perfectos. Para ello, solo utilizamos depósitos de acero para la decantación y el llenado. Además, maduramos el 90 % de nuestros vinos en madera y el resto en barro.

¿Cómo debe saber un vino de vuestra bodega y por qué?

Queremos producir vinos reducidos en fruta, puristas y honestos. Lo ideal es 12-12,5 % vol, muy secos con extracto, mucha potencia y mucha sal. También nos gusta que tengan una nota ligeramente oxidativa, pero debe ser muy clara y refinada. Además, nuestros vinos deben reflejar el lugar y el origen de forma muy natural y tener un buen potencial de maduración. En mi opinión, los vinos de ahora se embotellan demasiado pronto y se beben demasiado jóvenes. Los buenos vinos necesitan tiempo.

¿Qué crees que necesita una buena copa para sacar lo mejor de vuestros vinos?

Como ya he comentado, nuestros vinos son un poco más salvajes y secos. Y precisamente por eso, la copa debe ser capaz de captarlos y domarlos a la perfección. Para ello, la abertura no debe ser demasiado ancha, ya que los aromas se evaporarán demasiado rápido.

Probé las copas de Josephinenhütte hace unos años en casa de un buen amigo y me maravillaron al momento. Por un lado, su forma me pareció muy estética, y por otro, me impresionó la funcionalidad del abombamiento. [...] Hicimos catas a ciegas con diferentes copas y las de Josephinenhütte siempre nos convencieron.

Jonas Seckinger

Cofundador Finca vinícola Seckinger

¿Cómo descubriste Josephinenhütte?

Puede sonar un poco raro, pero soy todo un fanático de las copas y me encanta probar diferentes modelos.

Probé las copas de Josephinenhütte hace unos años en casa de un buen amigo y me maravillaron al momento. Por un lado, su forma me pareció muy estética, y por otro, me impresionó la funcionalidad del abombamiento. Encargué un paquete de muestra de inmediato. Hicimos catas a ciegas con diferentes copas y las de Josephinenhütte siempre nos convencieron. A día de hoy, seguimos trabajando con JOSEPHINE No 2 para nuestros vinos de entrada de la bodega. Aparte, utilizamos la copa JOSEPHINE No 3 para todo, desde vinos locales hasta vinos de gran reserva, y es perfecta para nuestros Riesling y Borgoña ligeramente oxidativos!

Los comentarios del mercado sobre vuestros vinos son fantásticos. ¿Qué planes tenéis para el futuro?

Siempre queremos mejorar, aunque estemos muy a gusto con los vinos que hacemos actualmente. 2021 ha sido nuestra añada más fuerte hasta la fecha. Todo ha salido a pedir de boca. Este año, el triunvirato fraternal estaba completo por primera vez.

Hemos crecido muchísimo en los últimos años y cada año hemos duplicado nuestro volumen. Ahora queremos tomárnoslo con más calma, reducir la compra de uva y centrarnos en nuestras propias zonas.

¿En qué mercados se pueden comprar actualmente vuestros vinos?

Estamos satisfechos con las ventas en Asia y EE. UU., pero hemos decidido fomentar aún más las exportaciones. Para nuestros vinos, por ejemplo, los mercados del sur de Europa nos parecen muy interesantes. La semana pasada estuve con nuestro importador italiano. Los italianos suelen percibir Alemania como un país de vinos dulces, lo cual es absurdo teniendo en cuenta los grandes vinos secos que se producen aquí. A mi juicio, nuestro estilo de vino combina a la perfección con la comida italiana. Nuestro importador en Italia está haciendo un gran trabajo y nos estamos consolidando muy bien. El Reino Unido también nos llama la atención, actualmente estamos distribuyendo por allí.

¿Qué vinos vuestros deberíamos probar?

El Riesling 1 Tal es nuestro buque insignia: es el primer viñedo de nuestro padre. La zona es fresca y sombreada en un pequeño valle lateral entre Mäushöhle y Petershöhle. Las uvas que cultivamos aquí se adaptan perfectamente a nuestro estilo de vino. Por lo general, tenemos un periodo de maceración de 3-4 días, y la fermentación dura otros doce meses. El resultado: un vino salvaje y a base de hierbas, pero también bien equilibrado entre acidez y fenoles.

Y aparte de todo esto: ¿qué significan realmente los cinco puntos de la etiqueta?

El secreto está en nuestro famoso antepasado: Franz von Sickingen. Los cinco puntos forman parte del centenario escudo familiar. Mis antepasados sacaron los cinco puntos del escudo de armas que ahora adornan nuestras etiquetas.

JOSEPHINE No 3 con vino Seckinger